(1987) es un escritor bajacaliforniano. En el 2012 recibió una mención honorífica en el Premio Municipal de la Juventud en la categoría Mérito a actividades artísticas. En el 2018 y 2019 colaboró con notas culturales en el periódico La Voz de la Frontera. En el 2020 fue becario del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) Baja California en la categoría Jóvenes creadores. Describe su interés en la producción y el consumo de literatura como una lucha contra su propia irrelevancia. Actualmente es profesor de bachillerato impartiendo las materias de Inglés, Literatura y Temas de filosofía, además de ser colaborador en Radio UABC.
PROSOPAGNOSIA
Mi autorretrato es la caída y el viaje del héroe.
En la profundidad de las líneas se distingue
…………..cómo sostuve el lápiz cuando las dibujé
y mi compromiso con cada trazo.
Aprendí muy tarde que debes fijar la vista en el destino y no en tu mano
(aunque continuar pese a los borrones
es lo que nos hace _humanos/artistas/girasoles_).
Me aparté de la referencia en el espejo porque es tan sólo una imagen en dos planos,
una ficción que todo lo que hace
es camuflar las grietas y hacerte pasar por entero.
Esto me hizo, durante mucho tiempo,
un extraño en esta patria de carne y hueso que cargo a todas partes.
Mi rostro no encontró a qué adherirse
y se evaporó, dejando únicamente el sedimento
y un aleph de líneas inescrutables; mi rostro,
que es el hogar de la memoria
y la cuna de la identidad.
.
.
LIMÍTROFE
Cuando me respondes la cortina se abre.
Me impregno del mundo,
…………………………………………….arena de playa
filtrándose en cascada por todas las heridas
donde antes sólo entraba la luz.
El eco es reemplazado por una conversación,
por música en una lengua extranjera
que nunca se produjo para entenderse
porque la letra habla en realidad sobre
invadir un carril en sentido contrario en hora pico
y no la dialéctica columna-cadera.
Si me confesaras un asesinato,
llegaría a tu casa esa madrugada con
:
– bolsas de basura
– un par de palas
– una segueta
– un playlist con toda la música que me has dicho
a cuentagotas
que es tu favorita,
para mostrarte que sí puse atención
aunque a veces tú no lo hagas.
Es entonces que regresa el eco
y tengo que soportarme,
y a veces simplemente no puedo
porque no hay adonde ir, solo adonde caer.
No hay refugio de mi refugio,
sólo basura que ocupa más espacio que yo
y no contribuye un peso a la renta.
Ojalá fueras también tu peor inquilinx,
no porque te odie
ni porque te lo merezcas;
lo digo más bien con
la esperanza de que aprendas a aferrarte a mí
como yo lo hago a ti
cada que abre la cortina
;
tú sabes, por ninguna razón en particular.
.
.
DUNNING-KRUGER
Sólo hace falta escribir tres poemas para entender la poesía:
uno sobre la muerte, otro sobre el amor y un tercero sobre tu infancia infeliz.
Ya no tiene que rimar. La rima es anticuada y no va con mi estilo.
Mi estilo es
algo muy personal. Por eso ya no leo a otros poetas.
Evito que se contamine
y que el mundo su expanda
…………………………para mostrarme lo diminuto que soy.
Así no arriesgo entender que la confesión es
un callejón a media noche
pero hay una luz al final y no estoy solo;
que es poesía y no el sermón del domingo
(porque el cuerpo es un templo
de bancas vacías);
que el dolor por sí solo no es arte,
sino tan sólo uno de sus insumos.
Por eso debes escribir siempre los mismos tres pequeños poemas,
para transformarte en una esfera sin puntas ni textura
y torcer la carretera hasta que quede solamente una glorieta
que te pasee por las mismas ruinas de siempre.
.
.
DISTIMIA
Ya no hay buenos días, Bart.
Sólo días.
Hoy supe que mis papás se divorciarán
……………………….y es mi culpa.
Tal vez, si fuera bueno en algo
-un atleta con piernas de oro
o un Mozart de cabello azul-,
ellos tendrían una distracción
de los reproches por una vida a la que le pusieron el freno.
Depositarían todos sus sueños en mí para decir:
“Al menos fue mejor que nosotros”.
No hay nada que celebrar en mi actual estado.
Mi único logro es ser
el colonizador de la miseria prolongada,
las únicas tierras que conozco;
me apropiaré de ellas,
las trabajaré y explotaré para dejarle a mis hijos
la mancha de mis crímenes y la vergüenza de mis atropellos,
mi peso en traumas.
No sabrán qué hacer con ellos mas que transmitirlos,
como mis padres lo hicieron conmigo.
Su fracaso es mi prólogo y mi epílogo,
el abono a una deuda que nunca quedará saldada,
porque para ser amado hay que ser bueno en algo
y morir con los ojos abiertos es lo único que se me da bien.
La angustia es mi normalidad.
[Todo es una montaña cuando
lo observas desde el fondo de mi cráter.]
Por eso ya no hay buenos días, Bart,
sólo días
……………….y esos también habrán de agotarse.