Es doctora en Psicología. Frecuentemente ofrece talleres de poesía/literatura y temas de salud mental en diferentes universidades y centros culturales en los Estados Unidos. Ha publicado poesía, narrativa y ensayo. Dirige la serie de lecturas Confluenciaen Naugatuck Valley Community College desde el 2008; una serie que agrupa escritores de diferentes culturas y géneros literarios. También escribe un blog para la American Counseling Association (ACA). Ha sido escritora residente en Goddard College, VT en tres ocasiones.
Medrano ha recibido diversos premios literarios que incluyen: Concurso anual de poesía organizado por the Commission of Arts and Culturein New Milford, CT. Fellowship de la Connecticut Commission of the Artsy The Institute of Transpersonal Psychology/Sofia University. Su trabajo terapéutico y académico usando la escritura, fue reconocido en el 2007 en la conferencia internacional organizada por The National Association for Poetry Therapy en Minneapolis, Minessota.
Tiene publicados los siguientes libros: Oficio de Vivir (1986), Los Alegres Ojos de la Tristeza (1987), Regando Esencias/ The Scent of Waiting(1998) y Curada de Espantos(2002) y Diosas de la Yuca (2011). Prietica(2013) su primer libro para niños y niñas.
POEMAS
Cruzando El Masacre
A los cinco yo sabía todo acerca de la guerra
y acerca de paseos por los llanos
bajo el abrazo ocre del sol
Yo sabía que era una guerrera
Solamente las guerreras entienden que el Masacre
fluye para un lado y luego para el otro
Cada vez que sepárabamos las aguas
mi padre sonreía y decía
«Así es como conocemos a Dios»
Sus palabras saltaban
de lado a lado
Mi voz se aferraba de las montañas con fuerza
Si escribes un poema-decía
que de aletazos de allá para acá
entonces podríamos separar las agua de nuevo
Así que seguí escribiendo sobre la suavidad rizada
soplando ondulaciones
mi poema una burbuja voluminosa de espuma creciente
El eco de Papá Doc grita desde el palacio
se filtra a través de los huesos
de perros negros muertos
su pelambrera se derrama y cubre
las curvas hinchadas de Haití
Ella llora por todos sus hijos muertos
Los de aquí y los de allá
Yo soy esa que está en la cubierta
mientras el barco parte las aguas rojas
Soy la que escribe este poema
que enlaza desde allá hasta aquí
Pero allá como aquí son solo abstracciones
Hay peces pequeños que saltan a bordo
lamentándose por lo que llevo conmigo
Escucha mi súplica
Si vas allá o si vienes aquí
te van a seducir los cuerpos descompuestos
La mano enérgica de la dictadura
te va a doblar sin misericordia
Vas a beber rojo una y otra vez
Una sed insaciable cantará
su canción solitaria en tu garganta
Los Tonton Macoutes derribarán tu casa
Papá Doc te matará
con una mirada de sus espejuelos
Yo ya lo sabía a las cinco
Las caravanas de mujeres caminan sobre el agua
Todos llevan pañuelos rojos
que flotan como banderas al viento
Banderas rojas ondeando tristezas
Mis ojos se sumergen en busca de esqueletos
Yo soy una guerrera No te olvides
Pero incluso aquí en lo alto de la cubierta
estoy en peligro de morir también
Papá Doc puede dar vueltas a su cabeza y dispararme
con sus gafas negras
Este poema sigue cantando la devastación
de la tierra y lo veo
Soy todas las niñas de los bateyes
Nuestras madres cruzan el río
formando recuerdos rojos
Bailamos en el diluvio alucinante de la pena
El oleaje acribilla los cuerpos de dos doncellas
Mírame ahora aparecer con mi propia cara
y bailar sola
El dolor de Haití desgarrando a la guerrera que soy
No puedo oír bien lo que tengo que decir
Pero ya no puedo pretender que Dios me ilumina
Estoy sorda
ciega
sin aliento
Escribo
Deja que las flores suban desde el fondo del río
Deja que las cayenas florezcan sólo para ellos
Deja que este poema cante la vergüenza
Cante la vergüenza Cante la vergüenza
Así es como conocemos a Dios.
EL CORTE
La Masacre de Perejil también se conoce como El Corte entre los dominicanos y como Kouto-a (el cuchillo) entre los haitianos. La Masacre de Perejil se refiere a un genocidio patrocinado por el gobierno en octubre de 1937, por orden directa del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo quien ordenó la ejecución de la población haitiana que vivía en la zona fronteriza con Haití. 20.000 civiles haitianos fueron asesinados durante aproximadamente cinco días.
Veinte mil lenguas doblegadas
despiertan en el fondo del Masacre
En filas imperfectas marchan hacia el
Palacio Presidencial de Santo Domingo
El Generalísimo temeroso de su propia sombra
ruega a la luna por luz blanca
Se empolva la cara en agonía
¿Su mayor miedo?
La fermentación de pieles y huesos
El levantamiento repentino de sus ancestros
Veinte mil lenguas doblegadas
dentro de su uniforme de estilo francés
derriban el palacio ladrillo a ladrillo
¿Cómo romper la maldición–impedir que su sombra dibuje maniquies?
Ataviado de blanco sus garras salen a violar vírgenes
Su bastón caña de azúcar hace hoyos
infestados de venenos
en el cuerpo débil de la isla
Él tira basura sobre la tierra
tira basura sobre la tierra
tira basura sobre la tierra
¿O es que el crimen insondable
fertiliza la conciencia de aquellos que tienen una?
¿Deberiamos hacer figuras rígidas de cera en miniatures del General?
Menos su pene triste por supuesto
¿Y qué hariamos? ¿Quemarlas a orillas del Masacre?
Cada mujer que violó
Cada hombre que hirió para filtrarle su odio
surge de la muerte
¿Ven las figuras hermosas que emergen
desde el fondo de los tiempos?
Cada una queda enyesada con fuerza
en el corazón de la otra
Vengan Vengan Vengan a ver la isla de la fantasía
donde la historia zumba como un dragón domesticado
Tenemos la costumbre
de llevar a nuestros muertos con nosotros
Se adhieren a la parte inferior de la lengua
Cantamos con ellos desde la aurora
hasta la puesta del sol
Se levantan desde el fondo del Masacre
No enterramos a nuestros muertos No Nunca.
Shibboleth*
Shibboleth nació
donde un pueblo se desploma sobre el otro
donde las almas perdidas respiran bajo el río
Ella no es un sueño
Tampoco una invención de mi lengua
Shibboleth
Fluye pacientemente—como toda criatura del agua-
Un río cuando hace un mar es más que un río
He aprendido su profundidad
Ella es sangre de nuestra sangre
Sin importar de que lado del río te encuentres
La pena habla un solo idioma
Shibboleth no necesita piedrecillas bajo su lengua
Sabes que ella es real cuando hablo
Cuando me desvanesco
Shibboleth respira su aliento de perejil sobre mí
Ella es el rito que me trae de nuevo
Casi al momento de mi muerte
Ella escupe su mixtura verde en la tierra
Tomando del terreno construye su casa en el Oeste
Flotamos corriente abajo encerradas en una sola imagen
Somos los espejos gemelos donde la verguenza se refleja
El amante lleno de odio nos parte en tres
Una trinidad infernal de perejil
Al otro lado
Un sol más grande que la isla nos ciega
Shibboleth mira la lengua de fuego
que hondea como una bandera de guerra
Sabe es solo el comienzo
Más allá de la muerte nos encontramos de nuevo
encerradas en una misma cámara
existiendo porque la otra respira
Somos jardin y tierra semilla y flor
Pistola y bala cadaver y muerte
El pasado nos divide y nos junta
Sé que Shibboleth es real
cuando mi lengua se tropieza
con la piedra gigante de la historia
Danza
Los labios de Anacaona conocen la verdad del ritmo
Brebaje sagrado su música
en la barriga hueca del caracol sigue sonando
En textura de yuca sus sueños llenos de vida danzan
Tomándonos de la mano se mueve en círculos la Cacica
Nos espera al borde del tiempo
Un avión circula en el aire y ella sonríe
Apuesto a que cree somos los desterrados
volviendo a su vientre cálido
Cree es la cigüeña metálica y moderna
Su voz irrumpe en el letargo
Se arriesga todopoderosa hasta alcanzar esta mía
¿Será que somos de voces frágiles apagadas quebradizas?
¿A dónde ahora con este sopor este síndrome de soledad?
Gentes de carne viva de abrazos y griteríos
no nos queda el silencio
Bendícenos con tu ritmo Sálvanos
De nosotros Sálvanos
Del progreso mentiroso que nos desnuda
Sálvanos
A nuestras bocas sedientas les falta el dulzor de los ríos
El salobre profundo de nuestra sal
extraviado en lo insípido languidece el paladar
Mándanos pues la yuca bendecida
en el misterioso cazabe
No nos dejes caer en la tentación de un mundo arrítmico
Nosotros
Almas colectivas acostumbradas al manoseo
soplar la humedad convincente de los montes
y me descubro tiesa muñeca rota
¿Será que todo paisaje comienza en soledad?
¿Que toda pertenencia viene después del destaje?
Ahora puedo ver el paisaje
Entiendo finalmente para que sirven los ojos
Los oídos la magia de escuchar
En cada paisaje brotan gentes como fantasmas coloridos
En cada imagen se acomodan nuevos cuerpos
Como si supieran que el lugar donde nacemos
no es sólo un punto de partida
que siempre estamos regresando al
ombligo misterioso del origen.
*La masacre del 1937 devino como resultado de un shibboleth instituído por el dictador Rafael L.Trujillo. El ordenó a sus soldados exigir que la gente pronunciara la palabra perejil. Los haitianos que no podían pronunciar la “r” revelaban su identidad y por lo tanto sellaban su propia muerte.