-¿Qué es el gato?
El gato es una gota de tigre
– ¿Qué es el tigre?
El tigre es un aguacero de gatos
Jairo Anibal Niño.
Los gatos han sido acompañantes de Alejandra en sus procesos vitales, en la felicidad, en la tristeza, en la lejanía, en sus encuentros y desencuentros. Un gato a veces es el silencio que se necesita, la pasividad ante el derrumbe del mundo o el simple acto de jugar el cascabel cuando la vida lo requiere. Alejandra me ha contado de esa paz y felicidad que le trasmiten los gatos, también que cuando sale a correr lo hace en un lugar de Tuxtla Gutiérrez que ella llama El parque de los gatos; en él los felinos transitan libremente entre los árboles, y con suerte se dejan tomar fotos, o con más suerte aún, se escapan del registro fotográfico y se quedan merodeando la memoria al sumergirse entre la maleza. Alejandra ha vivido en otras ciudades y se ha llevado a sus gatos, Luvina, esa pequeña bola blanca, vivía con ella en la Ciudad de México y San Cristóbal, Alejandra migra y siempre la acompañan pasos más pequeños a su diestra. Si alguien conoce a los gatos es Alejandra, y si alguien conoce a Alejandra, son los gatos.
Pero por qué escribir sobre gatos y primero ¿De dónde vienen estos animalitos? Corrían los primeros humanos, semidesnudos, miles de años atrás. Las bestias eran sus enemigas, tenían que defenderse, usar el fuego, las lanzas, la fuerza de la manada. Se acercó ese hijo de tigre, león o pantera, llegó un día y quizá ambos tenían miedo. Las bestias y los humanos de frente, sabiendo de su enemistad, a punto de ataque o defensa. No se sabe quién dio la primera caricia pero se cree que fueron los gatos. Y esas pequeñas bolas de pelo nos acompañaron en el camino de la vida humana. Hubo civilizaciones que los amaban y otras que detestaban. Eso pasa con los gatos, se aman o se repelen, en posiciones bastante encontradas. Así como se manifiesta en la esfera personal, así fue también históricamente. En Egipto antiguo se les creía divinos, si un gato moría se le embalsamaba, a veces con ratones momificados para que siguieran jugando en el más allá. Se les estimaba tanto que en el año 525 a. C., cuando las fuerzas persas asediaban una ciudad egipcia, al rey de Persia se le ocurrió atar gatos a los escudos de sus soldados. Los egipcios no se atrevieron a contraatacar por miedo de herir a los gatos y la ciudad quedó en manos del invasor.
En China se convirtieron en símbolo de paz, fortuna y serenidad, se creía atraían la buena suerte, que con sus ojos brillantes podían ahuyentar a los malos espíritus. Mismos ojos que en la Edad Media el catolicismo se encargó de satanizar. El papa Gregorio IX propagó la idea de que Lucifer se personificaba en los felinos e Inocencio VIII, excomulgó oficialmente del reino de Dios a toda la especie. Los gatos en la historia han ido de dioses a demonios, pero en cualquiera sus percepciones se les consideraban místicos, divinos, como dejados aquí en la tierra por otras fuerzas ajenas. Ese misterio, el de estar frente a este felino, lo retrata Alejandra.
Niños profetas, historias de apocalipsis, poemas, cuentos, minificciones, literatura híbrida. Si algo es este es libro es libre, como un gato que no rinde más cuentas que a su pulso. Un gato es la posibilidad de la imaginación, el retorno al juego. Hay textos de este libro en los que no aparecen, pero que son, en esencia gatos. Textos que juegan, se deslizan, saltan, caen parados, nos ven con ojos de misterio, que imaginan y arañan el pecho. Sin duda, este libro es una puerta al fascinante mundo de los gatos, pero sobre todo una invitación a que mientras se lee, la imaginación, se siente en nuestro regazo y ronronee.
Texto realizado para la presentación del libro Gatos de rabo corto, de Alejandra Muñoz.
Rolman Constantino. Escribe poesía y narrativa. Estudió Lengua y Literatura Hispanoamericana en la Unach. Ha participado en eventos literarios como en Carruaje de Pájaros, Proyecto Posh, Festival Internacional de Poesía San Cristóbal y la Feria Internacional del Libro de Guatemala. Fue acreedor del curso de Jóvenes Escritores Xalapa 2017, impartido por la Fundación para las Letras Mexicanas. Ha sido publicado en revistas como Morbirfica, Ek chapat y en medios digitales e impresos.