En una literatura donde abundan los poetas que hablan desde un yo que a nadie le importa, es necesario reconocer aquella poesía que muchos miembros del establishment literario han marcado peyorativamente como reaccionaria o contracultural. A esta línea pertenecen los infrarrealistas, algunos escritores de la disidencia sexual como Abigael Bohórquez y Ulises Carrión y, más cercanos a nosotros, Luis Felipe Fabre y José Eugenio Sánchez. Antonio León, con su libro Consomé de piraña, se suma a esta otra tradición de la poesía mexicana, con textos que se muestran auténticos