Tengo una pistola 9 mm guardada debajo de mi cama: me la diste afuera del metro insurgentes porque te el gustaba peligro, te gustaba creer que estar vivo no era solamente transitar por el mundo sino retarlo, provocar e incomodar porque ahí hallabas el sentido de tanta desolación. Me diste esa pistola el día que me dijiste que ya sabías cuándo te ibas a matar. Voy a hacer un viaje a África –dijiste– solo para recrear ese verso de Girondo: Llorar a lágrima viva, cruzar El África llorando…y luego me voy a dar un tiro.