Aparte del apellido, lo que eso conlleva (una especie de Ser juchiteco), me unirá siempre al enorme Francisco, la vergüenza. Resuena en mi cabeza ahora, y siempre que lo recuerdo, una maravillosa categorización que hace Ricardo Piglia: la mansedumbre idiota… Eso, era yo muy idiota; sí, pero en mi defensa debo decir que también era muy joven. De esto hace ya, al menos, veinte años. La hoy Secretaria de Cultura era, con decirles, la coordinadora de difusión en la universidad donde yo estudiaba (mi segunda carrera).