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Hugo Montaño

Reseñas,

La sombra de Hugo

Le dije a Hugo que el Kagemusha es un disfraz. Y es que, allá por los días de Shakespeare y del Quijote de Cervantes, allá por mil quinientos y tantos, en un lugar de Japón, un señor feudal, Takeda Shinguen acaba de morir. Su pueblo lo amaba y lo respetaba. Decían que en sus años de juventud Takeda había sido  “Rápido como el viento, fiero como el fuego, Sereno como el Bosque y Firme como una Montaña…”

Artículos,

¡Hasta siempre, querido Hugo!

Conocí a Hugo Montaño allá por el 2002. Yo hurgaba en los estantes de la hoy extinta librería La Ceiba, en el corazón de Tuxtla Gutiérrez, y cotejaba los precios para ver qué se ajustaba a mi presupuesto de estudiante, mientras un hombre alto, con mochila en la espalda, leía las cuartas de forros de una serie de libros acomodados en una mesita sobre un mantel verde. Éramos pocos en ese espacio en donde la tarde comenzaba a caer. De un morral de café, que mi padre me había regalado en diciembre, asomaba un libro que había sacado a préstamo de la biblioteca de la Facultad de Humanidades de la UNACH, donde entonces yo estudiaba.

Noticias,

Basta de cuentos, minificciones con Hugo Montaño

¿Es la minificción un género literario? Ubicada a inicios del siglo XX, la minificción, silenciosa, germina en las salas de lectura, en las pantallas electrónicas, equidistante de los reflectores de la literatura tradicional. El taller se realizará el día sábado, 12 de septiembre, de 16:00 a 18:00 horas, a través de la plataforma Zoom. El cupo se limita a 15 integrantes. Costo por persona: $200.00 pesos.

Columnas, Cómo se pasa la vida,

¡Cochi!

“Usted no es de acá”, me dijo la mujer mientras me entregaba los tacos de menudencia, cochito y camarón con huevo, en el quiosco ubicado entre Palacio de Gobierno y el Palacio Federal. Juré ser más tuxtleco que el pozol, criado en el barrio del Niño de Atocha. “Tiene usted cara de chilango, y su playera está chistosa” (chilango + playera chistosa = chilango chistoso). Volví a jurar mi “tuxtlecanía”, y de la playera también, con la leyenda: “Soy feo… pero sé cocinar”.