El fotógrafo Ariel Silva (Ciudad de México, 1984) explora la dimensión social y personal de la lucha libre a través de su serie Espaldas Planas.
Lejos de ser un mero espectáculo de masas, la lucha libre es un hecho social, campo nutricio del cual pueden surgir diversas lecturas e interpretaciones.
Esta fue la perspectiva retomada por el fotógrafo Ariel Silva (Ciudad de México, 1984), creador de la serie Espaldas planas, conjunto de imágenes a color, en formato digital, a través de las cuales retrata las dimensiones social y personal de este deporte, practicado en forma amateur y semiprofesional en Chiapas.
Para Ariel −recientemente galardonado en el 19 Concurso Latinoamericano de Fotografía Documental, en la categoría “Niñez trabajadora”−, la lucha libre está más allá del deporte y aún más allá de la superficialidad del entretenimiento. En este círculo del infierno, ser un luchador alcanza registros dignos de un estudio sociocultural o bien antropológico.
La lucha libre en Chiapas es un universo paralelo al de los grandes reflectores, donde los amos del pancracio son estrellas refulgentes que brillan con fuego maniqueo, polarizaciones definidas del Bien y el Mal (las mayúsculas son necesarias).
En esta parte de México los luchadores, no pudiendo evitar la obvia comparación superacionista, son en verdad luchadoresde la vida.
Taxistas, peones, carniceros, albañiles, obreros, se transforman en dioses de la arena para ganarse unos cuantos pesos y llevar más pan a la mesa, ganarle la batalla a la pobreza y de paso, ser aplaudidos o ser repudiados, según el bando que la máscara les indique sobre el cuadrilátero. Porque, al contrario de lo que muchos piensen, la máscara elige al luchador y define su personalidad.
Ariel Silva decidió ir más allá del registro periodístico en el que todo relumbra, en el que la malignidad o el heroísmo son los ejes principales de la nota diaria que tiene dos destinos: engrosar los archivos del periódico o bien, envolver flores en cualquier mercado.
Después de cada lucha, el fotógrafo iba tras bambalinas a escuchar las historias, a probar con su lente a qué sabía la gloria o la derrota. Porque la lucha, así como la vida, no equivoca sus golpes, no escupe al pavimento en falso. Todo es premeditado, todo tiene una razón de ser en el universo de la arena atrapada por la lente.
Espejo multiforme
“Retratar la lucha libre amateur”, asegura el fotógrafo en la introducción del proyecto, “no es otra cosa que retratarnos a nosotros mismos en un espejo en el que también viven la injusticia, la lucha del bien contra el mal, la fatalidad, la consagración, la tragedia, la risa, el llanto, la burla, la hermandad, la derrota y, sólo a veces, la victoria”.
A ello apunta, como suerte de justificación, el hecho de que desde sus inicios, la lucha libre en el estado no ha gozado de reconocimiento económico ni se le ha otorgado prestigio ni dignificación al deporte.
Y detalla: “Las razones de que esto suceda son, básicamente, la gran difusión que se le da a la lucha libre profesional que eclipsa a la que se hace en provincia, y las inimaginables dificultades en el día a día que enfrentan los luchadores locales: pobreza, desempleo o tener que lidiar con más de un trabajo; lesiones, bajo nivel educativo, falta de espacios, entrenadores y servicios médicos”.
“Ésta lucha, la de acá, tiene sus propias leyendas y un listado de numeroso personajes nacidos desde el imaginario local que se mezclan con el cine comercial (el que hemos visto absolutamente todos, inspirado en personajes como Chucky, los Gremlins, diversas creaturas de la noche y superhéroes como Batman, Spiderman y Flash), que al mismo tiempo tienen qué ver con los máximos ídolos de la lucha libre profesional mexicana (como El Santo, La Parca, Octagón, Tinieblas o El Místico) y hasta con la política (Bin Laden, Obama, Fox) y el mundo del espectáculo (Gloria Trevi, El Chavo, Paquita la del Barrio)”.
En un escenario opacado por la desigualdad social y las pocas oportunidades de desarrollo, surge la lucha libre como divertimento, como paliativo para aliviar las preocupaciones diarias y como fuente de ingresos para padres de familia y jóvenes trabajadores o estudiantes.
Espaldas Planas es un proyecto fotográfico iniciado en 2010, gracias a la beca artística del Programa para la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA), que otorga el gobierno de Chiapas, a través del Consejo Estatal para las Culturas y las Artes (Coneculta).
El trabajo desde entonces continúo, y fue retomado para ser producido en formato de libro con el financiamiento y la asesoría del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) y el apoyo de la Beca Jóvenes Creadores edición 2012.
Espaldas Planasestá a su vez compuesta por las siguientes líneas temáticas: “Máscara, sangre y sudor”; “Retratos en vía pública”; “La casa y la familia”; “Retratos antes y después de luchar” y “Espaldas planas (luchadores rendidos, ocupando diferentes superficies: duela, lona, césped, pavimento…)”.
LÍNEAS BÁSICAS DE LA SERIE
- Máscara, sangre y sudor: muestra el drama del deporte, el esfuerzo sobrehumano de los luchadores. Imágenes en las que se aprecia el dolor y el sufrimiento del oficio.
- Retratos en locación: sesiones personales realizadas antes o después del combate, en la casa del luchador, los vestidores o algún lugar de la calle usado como set.
- Retratos antes y después de luchar: serie que documenta los cambios corporales del luchador al bajar del cuadrilátero. Se intenta mantener luz, encuadre y proporción similar en ambas imágenes.
- Espaldas planas: serie en la que se utiliza una perspectiva de cámara en picada, cuando el luchador permanece “tirado”. Se llevan a cabo encuadres similares en diferentes situaciones, y se obtiene una serie en la que se ve a diferentes luchadores en “espaldas planas”, en distintas superficies: cemento, tierra, duela, pasto, grava, etc.
CRONOLOGÍA DEL PROYECTO
- Espaldas Planas es un proyecto fotográfico iniciado en 2010, gracias a la beca artística del Programa para la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA), que otorga el gobierno de Chiapas, a través del Consejo Estatal para las Culturas y las Artes (Coneculta).
- El trabajo desde entonces continúo, y fue retomado para ser producido en formato de libro con el financiamiento y la asesoría del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) y el apoyo de la Beca Jóvenes Creadores edición 2012.
- En el año 2010 obtuvo el Segundo Lugar en el Concurso Internacional de Fotografía «Jóvenes en el Espejo: reconocimiento y diversidad», organizado por el IMJUVE y la ONU, en el marco de la Conferencia Mundial de la Juventud.
- En el año 2011, el proyecto resultó seleccionado para exponerse en el Centro de la Imagen, en el marco de la muestra colectiva Expofotoperiodismo 2011.
- En el 2013 la serie resultó seleccionada para exponerse en la Muestra Fotográfica Itinerante Internacional “Los Trabajos y los Días”, categoría “Hombres Trabajadores”. Evento organizada por la Escuela Nacional Sindical, de Medellín, Colombía.
- En el 2013 resultó seleccionado para exponerse en la Segunda Edición del Mercado del Arte, muestra colectiva en gran formato realizada en las instalaciones del Mercado 5 de Mayo. Convocatoria llevada a cabo por el Coneculta-Chiapas.
Galería: