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KLOAKA: Una mirada a la entrega poética. Entrevista de Víctor Vimos a Roger Santivañez.

Kloaka

La publicación de Kloaka y los Subterraneos: el instinto de vivir (Peso Pluma, Perú, 2021), permite volver la mirada al inicio de los 80´s en una ciudad como Lima, incendiada por la violencia, la desidia política, y la falta de un horizonte que avizorara una posibilidad diferente. El poeta Roger Santiváñez, autor del libro, propone un ejercicio de memoria alrededor de materiales heterogéneos (cartas, entrevistas, ensayos, afiches, caricaturas, collages) para lograr un espacio auditivo que incluya la voz de quienes militaron en el Movimiento Kloaka, una intersección anárquica entre poesía, música y arte visual, activado como respuestas a las condiciones agudas que se cernían sobre la sociedad peruana. En el libro se ve, por igual, una naciente generación poética comprometida con el arte como bandera de lucha y desafío al orden deteriorado, un movimiento musical subte encabezando la narrativa urbana de esos años, una serie de apuestas estéticas por construir un panorama que refleje, en diferentes sentidos y niveles, la perspectiva de crisis y cambio que el país atravesaba. En esta entrevista, Santiváñez, quien reside en Estados Unidos, observa algunos puntos de inflexión sobre su participación en el Movimiento Kloaka.


1.- El surgimiento de Kloaka está unido a un contexto de diversas disputas que no se detienen en la clase, lo étnico o lo regional, solamente, sino que encuentran en la urbe un espacio para amplificarse, en un Perú convulsionado. Me pregunto por el lugar de la poesía en medio de ese contexto. ¿Cuál era tu relación con la poesía como vínculo con esa realidad?

Para mí, la poesía siempre ha sido ( y es) mi forma y manera de aproximarme al mundo. En aquel tiempo de los inicios de Kloaka y aún antes veíamos a la poesía como una respuesta a las atrocidades de la realidad social que nos rodeaba. En ese sentido, era una especie de instrumento personal frente a la Gran Ofensa del Mundo – como dice Pasolini. Pero también una hermosa vía para la liberación.

2.- La música subte es, aquí, el medio de expresión en el que se muestra la dimensión de una comunidad que establece sus espacios en respuesta crítica a la condición política, económica del momento. ¿Cuál es el papel del rock como herramienta de crítica en este tiempo?

El rock desde sus inicios fue un contestario canto de rebelión. Esa es la tradición a la que yo me adscribí desde mi adolescencia, en el fragor de la subversión del Movimiento Hippie. Posteriormente el punk radicalizó dicha perspectiva con claros y fuertes tintes anarquistas.El papel del rock sería (habría sido siempre) plantear una crítica de la sensibilidad, para hacernos sentir -con y en su ritmo – que es posible un mejor mundo que el que padecemos actualmente.

3.- Como describes en el libro, varios personajes surgen en esa escena limeña, quizá, todos ellos, unidos a la noción desestabilizadora de quien surge desde una periferia para incorporar una dimensión distinta de representación. ¿Cuál podría ser el legado de esos personajes que ha sobrevivido hasta la actualidad? ¿Dónde encontrarlo?

El legado sería su propuesta de cambio. Es decir, negarse a participar en el banquete de la explotación que somete a nuestros pueblos el sistema capitalista. Y más bien promover la creación poética y artística como una utopía de la Revolución que -aunque parezca lejos ahora – pensamos que está viva porque bulle en nuestros corazones -heridos y solitarios – pero todavía invictos.

4.- ¿Cuánto peso tuvo, para tu camino posterior como poeta y lector, esa relación entre la poesía y el confrontamiento crítico frente al mundo, que se materializa en Kloaka?

Tuvo mucho que ver. Siempre conservo esa visión de la poesía como enfrentamiento y crítica del mundo, posición que aprendí también de T.S. Eliot según la cual la poesía entendida en términos modernos, debe ser un arte altamente crítico. Hasta el día de hoy pienso que la poesía en sí misma se define como un acto subversivo, en el sentido que el impacto y la emoción poética te sacan -en ese instante – de la alienación cotidiana. Y de ese modo genera una estación liberadora.

5.- ¿Consideras que esa relación entre rock y poesía sigue latente en el Perú? ¿Cómo se ha transformado con el tiempo esa relación?

Esta relación siempre se ha dado desde los días del nacimiento del rock en la historia. Baste mencionar las perfomances de poesía y rock entre Allen Ginsberg y Paul McCartney o Bob Dylan. En el Perú desde la época del poeta Oscar Málaga – de “Estación Reunida” -y la banda Los Saicos en los 60s, los recitales concierto de Kloaka con Delpueblo, Kola Rock, Medias Sucias, Temporal y otras bandas protosubtes en los 80s, la movida existe y hasta la actualidad en que – según sé – hay acciones en ese sentido promovidas por grupos como “Poesía Sub 25” de modo que la relación continúa fresca y viva, claro que con el uso de las tecnologías más modernas.

6.- Quizá uno de los puntos de reflexión frente al momento de rebeldía y crítica social sea el lugar de la utopía. ¿Cómo dialogas con esto desde tu visión de poeta?

Para mí, la poesía es utopía, es decir, ese no- lugar, o lugar inalcanzable. Mi diálogo con ella es permanente, en cada poema podría decir. Es como una suerte de Edad Dorada o reino interior que – de todas maneras – implica el sueño de un mundo mejor -sin explotados ni explotadores – que sería sin duda la aspiración máxima de la verdadera poesía.


Roger Santiváñez (Perú). Participó en La Sagrada Familia (1977), militó en Hora Zero y fundó el estado de revuelta poética de neovanguardia denominado Movimiento Kloaka (1982-1986). En 2006 apareció su recopilación Dolores Morales de Santiváñez. Selección de poesía (1975-2005). Y en 2016 Sagrado. Poesía reunida (2004-2016). Es autor también de la nouvelle Santísima Trinidad (2015) y del libro de relatos El corazón zanahoria (2002). Obtuvo un doctorado en Temple University con una tésis sobre Enrique Lihn, donde actulamnete es profesor de español. Vive a las orillas del río Cooper, sur de Nueva Jersey, íntegramente dedicado a la contemplación y al estudio y creación de poesía.

Victor Vimos es antropólogo y estudia actualmente su Ph.D. en the Ohio State University. Su libro, Acta de Fundación, recibió el Premio Internacional de Poesía Pedro Lastra en 2020.