El libro de poesía El libro de lo que permanece, de Benjamin Alire Sáenz, se publicó en 2015 en una coedición entre Mantis editores y el Instituto Queretano de la Cultura y las Artes de Querétaro. Su traductor, el poeta mexicano Javier Acosta, tuvo mucho que ver para que esta joya de la poesía chicana llegara a nuestro país. En una entrevista a vuelta de correo electrónico, Javier Acosta nos habló de los pormenores de este libro y de la poesía de Benjamin Alire Sáenz. Así mismo, indaga sobre sus preocupaciones como poeta y como traductor que se entretejen con la propuesta de esta poesía del desierto.
Magdiel Torres Magaña
¿Por qué este libro esta coeditado por la Secretaría de Cultura de Querétaro? ¿Cuál fue la conexión de esta obra con el estado de Querétaro?
La oportunidad de publicar la traducción del libro con la UAQ surgió a propuesta de Luis Alberto Arellano, el finado escritor queretano con quien cultivé una larga amistad, afincada también en la poesía. Fue a raíz de que publiqué algunas de las traducciones en Facebook, la serie de las «Meditaciones sobre la vida en el desierto». Ahí las vio Luis Alberto y me preguntó si las tenía comprometidas con alguna editorial. Él estaba trabajando en la propuesta de una colección de libros para la UAQ, en coedición con Mantis. Un par de años después, gracias a su iniciativa, se concretó el proyecto.

Benjamín Alire Sáenz es un escritor, pintor, activista y profesor estadounidense. Foto: Book People.
¿Cómo fue que decidiste traducir a Benjamin Alire Sáenz y por qué, específicamente, ‘El libro de lo que permanece’?
Me encontraba en El Paso, en un congreso de literatura mexicana, en el evento inaugural Alire leyó algunos de los poemas del libro, concretamente las «Meditaciones». Me entusiasmó su frescura y su sentido crítico, su aroma contestatario. Me compré el libro al día siguiente y ahí mismo comencé la traducción, para consumo personal. Poco a poco el placer fue suplido por la necesidad. En mi lectura me di cuenta que Alire resolvía problemas en el fondo y en la forma que se cernían en mí desde hacía tiempo. El problema del paisaje es uno de ellos. En la poesía mexicana se canta la exhuberancia de la naturaleza, en Pellicer, en Velarde, o en Pacheco, que en su «Alta traición» hace el repertorio de lo que no odia de su patria: los bosques y los ríos. Parece que lo árido, por definición, no tuviera cabida en un poema celebratorio. Alire realiza la mágica transvaloración. El paisaje de El Paso es el de Zacatecas.
¿Por qué crees que un autor como Benjamin Alire Sáenz deba ser traducido al español o a otras lenguas?
Alire es un escritor importante, y de importancia creciente. Sus libros han recibido varios premios en Estados Unidos. Su narrativa ha sido traducida al español y es un autor bastante exitoso dentro de la literatura juvenil, con títulos como Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo. Sus libros de poesía son igualmente valiosos, pero no han corrido con la misma suerte en nuestro contexto. Creo que en la poesía de Alire, como en la de otros escritores chicanos, se reavivan asuntos de la identidad, de la condición humana y del paisaje que en el entorno mexicano no existen o se han diluido, y que quizás pueden ser vistos con más claridad desde fuera.
¿Conoces al autor? ¿Cómo fue el primer encuentro con él o con su obra?
Además del día en que asistí a su lectura en El Paso, solo conozco a Benjamin por teléfono y por correo electrónico. El proceso de revisión de la traducción, que fue bastante fluido, me dejó ver su entusiasmada calidad humana.
¿Hay alguna conexión entre las inquietudes poéticas de Benjamin Alire Sáenz y las tuyas? ¿Puedes identificarlas?
Creo que hay afinidad en varios aspectos, me atrae la indagación en la biografía y en los materiales más cercanos. Me parece digno de imitación el valor con que se adentra en los dilemas filiales, así como en los del erotismo, en la fatalidad pasional y en cierta poética del fracaso, que incluyo entre mis obsesiones como poeta. También me interesa como traductor aquello que en apariencia no me es tan afín como creador, pero que me atañe especialmente como lector, por ejemplo la denuncia social que hay en su poesía, el ímpetu contestatario; la traducción de este tipo de poemas implica una ampliación de mi radio de posibilidades creativas, por así decirlo.

Javier Acosta. Poeta y Traductor. Foto: Revista Magis ITESO.
Me gustaría hablar de un poema en específico: ‘El trabajo (un ensayo)’. Ahí el autor ‘ensaya’ el tema del trabajo. Esa forma de abordar el tema puede notarse en otros poemas del libro: desarrolla una idea y la va siguiendo con cierto método que nos recuerda a trabajos académicos o de razonamiento metodológicos y argumentativos. ¿Qué gana el poema con una estructura así, qué elementos crees que puedas destacar a la luz de otras lecturas que tú has hecho de autores contemporáneos al autor y contemporáneos a ti?
En poemas como «El trabajo (un ensayo)» encontramos una exploración en la forma y una hibridación de géneros digna de ser explorada, en idioma inglés también lo ha hecho, manera magistral Anne Carson, entrelazando el ensayo o la novela con el poema; lo había hecho en español Borges, hibridando el cuento con el ensayo. La poética de la hibridación es un camino por recorrer, los autores mencionados, entre otros, han abierto nuevas direcciones para el discurso poético. En el panorama hispanoamericano hay experiencias recientes al respecto, incluido desde luego nuestro país. También yo, en dos de mis libros «Mi vida como pájaro» y «Viejos comiendo sopa», bordeo este tipo de estrategias.
Siguiendo con este poema, ‘El trabajo (un ensayo)’, ahí se toca el tema del trabajo literario. El trabajo del escritor es infravalorado, pero se enmarca en un empobrecimiento de las condiciones laborales a nivel global. ¿Qué tipo de poesía y de literatura se puede hacer ante este panorama? ¿Qué cambios se producen en la poesía que se está escribiendo y se escribirá en este ambiente, si se permite la expresión, árido?
El poeta Mario Montalbetti ha reflexionado recientemente sobre la relación del poema con la mercancía. El trabajo del poeta, como otros, es frecuentemente infravalorado; pero en su desgracia reside precisamente su salvación. Montalbetti compara a los novelistas con los poetas; los primeros están y viven en el sistema de los intercambios, de la industria editorial. Toca a la poesía una situación marginal, pero en esos márgenes es donde un trabajo productivo, pero fuera de la lógica del consumo, del mercado, puede ofrecer sus mejores frutos. También como tú, creo que el ambiente en el que vivimos es especialmente árido. Irónicamente, la poesía de Alire nos invita a adentrarnos en los misterios de la resequedad, en otro de sus poemarios, Calendar of Dust –cuya traducción estoy terminando– realiza de nuevo la alquimia poética que hace de la necesidad virtud: «el polvo se congregará en mi lengua». Recuerdo a los frankfurtianos Adorno y Horkheimer: «la historia avanza por su peor lado»; también podríamos decirlo de la poesía, o de ciertas poéticas. «Estoy enamorado de las plantas que sobreviven a la sequía», escribió Alire en el libro que comentamos; creo que ahí se condensa mi afinidad con el autor.
Una impresión que tengo del libro es que tiene un tono autobiográfico. En esa imagen de vida, hay un relato de un hombre que en las primeras páginas aparece casado y al final aparece divorciado. En medio de esos dos acontecimientos hay una historia intuida. ¿Qué pasa con el lirismo en ese caso? ¿Se puede hablar de una poesía que deja ver al poeta en la develación de sus miserias y sus alumbramientos?
En mi opinión tu lectura es correcta. Se trata de un libro autobiográfico, en efecto: el personaje comienza casado y termina divorciado. Se trata de un libro complejo, no fue fácil abordarlo y realizar mi traslado a nuestro idioma. Concuerdo también en que hay ese desnudamiento del autor, que nos muestra sus miserias, su fractura, y al hacerlo produce ese extraño y revelador brillo que sueltan las cosas al romperse, como la vida de cada uno de nosotros. Rumi, Leonard Cohen y Alire Sáenz coinciden en este punto.
Por último ¿cómo explicas un apartado como “Meditación sobre la vida en el desierto” que atraviesa todo el libro?
Las «Meditaciones sobre la vida en el desierto» son una serie de poemas que aparecen dispersos en el libro. Me parecen uno de los logros mayores de Alire; considerando el resto de su obra. Establecen un diálogo con la tradición poética, retratan la vida en un paisaje tan entrañable como adverso, revisan de manera irónica y autoirónica la vida en la frontera. Son condensados en la forma y punzantes en su contenido ideológico; pero sobre todo tienen a mi parecer un carácter reconciliador, con la condición humana y con las distintas geografías (externas y/o internas) del desierto en que nuestras vidas tienen lugar.
Javier Acosta (Estancia de ánimas, Zacatecas, 1967). Cursó la licenciatura de Derecho y la Maestría en Filosofía e Historia de las Ideas en la UAZ. Realizó estudios de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, donde se doctoró con la tesis Schopenhauer, Nietzsche, Borges y el eterno retorno. Es profesor de Hermenéutica y Literatura en la Universidad Autónoma de Zacatecas. Entre sus publicaciones se encuentran los libros Regla de tres (Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde 2007), Largo viaje al presente, Mantis, 2007; Libro del abandono¸ Editorial Era, 2010 (Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2010); Manual del extravío, Mantis, 2014; 19 poemas al oído del perro (2015) Universidad Autónoma de Aguascalientes y La carne de gallina, Universidad Autónoma de Querétaro, 2016.
Magdiel Torres Magaña (Tepalcatepec, Michoacán, 1982). Es Licenciado en Letras Hispánicas, Maestro en Historia de México por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y aspirante a doctor en Literatura Hispanoamericana. Ha publicado los libros: Los días con el otro (Secretaría de Cultura de Michoacán, 2011), ¿Tiene usted la Biblia en casa? (SECUM, 2015), y Una tumba para el Santa Elizabeth (Instituto Veracruzano de Cultura, 2019). Ha sido ganador del Premio Michoacán de Poesía “Carlos Eduardo Turón” y del Premio Michoacán de Narrativa “Xavier Vargas Pardo”. Su obra se ha publicado en las antologías Turbulencias dosmilonce (Ficticia, 2012), El viaje y sus rituales (SECUM, 2016), Territorio ficción. Antología de cuento joven (SEP, 2017), San Diego Poetry Annual 2017-18 (San Diego Entertaiment+Arts, 2018) y en diversos medios nacionales y del extranjero.